viernes, 4 de abril de 2014

Lentitud (o cómo disfrutar del tiempo)


Vivimos en un mundo que ha olvidado disfrutar del tiempo, de la lentitud de las cosas. Nos enfadamos por no recibir una respuesta a nuestros móviles en segundos o minutos, no hemos terminado de adaptarnos a algo y ya han sacado 3 versiones del mismo por encima. Comemos pendientes del reloj, engullendo, sin llegar siquiera a saborear el plato. Corremos hacia la parada del autobús, para llegar con el tiempo justo al trabajo, escuela, instituto o universidad. Se nos ha olvidado disfrutar del tiempo.

Dedicamos el tiempo en lo que no es importante, y consideramos una pérdida de tiempo lo que lo es. El niño que quiere hablar con el padre, de ningún tema en particular, simplemente compartir sus ilusiones con su mayor héroe: "no tengo tiempo". El que busca compañía para perderse entre las calles : "no tengo tiempo". La chica que quiere subir al atardecer a lo más alto de la montaña y ver, lentamente, cómo el sol se pierde en el horizonte : "no tengo tiempo". Los abuelos (que son conscientes del poco tiempo) que buscan compañía de sus familiares : "no tengo tiempo". Sin embargo, sí tenemos tiempo para invertirlo en mirar una caja que nos dice cómo vivir, qué hacer y cómo ser. Si tenemos tiempo para quejarnos, para navegar por páginas que no nos aportan nada. Si tenemos tiempo para envenenar nuestro cuerpo con refrescos mezclados con hielo y algo más, o para gritar a una persona que solo hace su trabajo levantando una tarjeta amarilla o roja.

Los árboles no crecen en segundo. Un niño no aprende en minutos, ni una ciudad se levanta en horas.

Te propongo algo. Levántate más temprano. Dedícate 10 minutos para tener la mente en blanco. Después ve a la cocina, prepárate un desayuno caliente. Inspira el aroma del café, y saborea cada sorbo. Usa tus piernas para desplazarte. Mira los escaparates, pero sin pararte, los rostros de la gente, siente la brisa de primavera, otoño o invierno. Escucha la ciudad, a través de cascos o a oído. Deja sonar el teléfono. Disfruta de cada segundo, de cada minuto de tu vida. No tomes decisiones dejándote llevar, a la ligera. Antes de tomar un camino u otro en tu vida, respira profundamente 3 veces.

A veces tomarte esos segundos para respirar, puede cambiarlo todo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario