sábado, 8 de septiembre de 2012

Eterna ciklo de rompita koro

A finales de Enero, nuestras miradas se cruzaron en aquella cafetería.
En Febrero me atreví a besar tus rojos labios. 
Marzo y Abril observaron como no salíamos de entre las sábanas.
Mayo fue testigo de nuestra primera discusión,
Junio nos hizo volver a abrazarnos y a susurrarnos que jamás volveríamos a dañarnos.
Intentamos poner parches sobre las grietas de nuestro castillo (aunque de arena) mientras los días de Julio morían a gran velocidad.
Tus dudas brotaron en silencio durante aquella puesta de Sol en Agosto.
Septiembre arrancó de mi garganta aquella triste pregunta, a la que tu mentiste sin mirarme a los ojos.
Me engañé a mi mismo con cada beso de "buenos días" forzado, cuando Octubre se nos escapaba de entre los dedos.
El calendario que arrancaste de la pared en nuestra última (ojalá no hubiese sido la última) discusión tenía tachados solo un par de días de Noviembre.
Tu olor desapareció de mi almohada para siempre durante los últimos momentos de Diciembre.

A finales de Enero, nuestras miradas se cruzaron en aquella cafetería.



Gracias a Sol Vázquez por la fotografía.

3 comentarios:

  1. Cada texto que leo en este blog me parece más precioso que el anterior, es increíble todo lo que transmites en cada entrada.

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