jueves, 11 de febrero de 2016

báisteach

Y ahí nos encontrábamos,
a la distancia justa
que me permitía ponerle olor
a tu perfume.

Ahí nos encontrábamos,
dos desconocidos bajo la lluvia.

El semáforo permanecía en rojo,
al igual que yo,
que no me atrevía a soltar
ninguna de las ingeniosas frases
que se pasaban por mi cabeza
para tener el placer de conocer
el sonido de tu risa.

Ni cuando te pillaba mirando de reojo;
ni cuando sonreías al pillarme
mirándote de reojo;
ni cuando,
medio bailando sobre uno de tus pies,
acortaste la distancia de seguridad
que solemos establecer.

"Sigue lloviendo,
confía en alguien que está empapado."

Pero esas palabras se quedaron resonando,
como un eco en mitad de la nada
dentro de mi cabeza,
cuando apartaste el paraguas
por si podrías guardarlo.

Y el semáforo se puso en verde.

Y tardamos unos segundos en cruza la calle.

Y tardamos unos segundos en tomar diferentes caminos.

Ahí nos encontrábamos,
dos desconocidos bajo la lluvia.



7 comentarios:

  1. Dime que se volvieron a encontrar, por favor

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  2. Sueño con el día en el que algo no quede finalmente roto, separado o reducido a cenizas.. Supongo que así es la vida.

    Y tú, aún así, consigues hasta que sean preciosas las despedidas.

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  3. Pequeños enamoramientos con personas desconocidas en mitad de la calle, esos que dan la vida. Quizá sean tan bonitos e intensos porque son sumamente efímeros y volátiles.

    Un saludo

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  4. Pequeños momentos de magia que nos regala la vida y tu escribir

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  5. Esto me ha recordado a aquella frase de Cortázar que dice "Andábamos sin buscarnos, pero sabiendo que andábamos para encontrarnos." Muy bueno. Un abrazo Jesús.

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