viernes, 9 de octubre de 2015

drukkna

Mis brazos ya están cansados,
he decidido dejar de nadar.
Se me acaba el aire
y prefiero rendirme.

No puedo recordar
el momento exacto
en el que la habitación se comenzó a inundar,
pero supongo que no podía esconder
el océano que tenía dentro
por mucho más tiempo.

Me dijeron
que estas pastillas me ayudarían,
pero se ve que eran para aguas más dulces.

Ella dejó los grifos abiertos
y se fue.

Yo me dediqué a ignorar
el agua que me llegaba por las rodillas.
Y ahora
no hay nadie que me saque
de aquí,
que me agarre y tire de mi
y todo está más oscuro que nunca.

Expulso las últimas burbujas de oxígeno
de mis pulmones.



11 comentarios:

  1. Que bonito *_* Me encanta como escribes ya lo sabes

    ResponderEliminar
  2. Qué duro...

    Me gustaría que en ese último instante alguien pudiese estirar su mano para traerle de vuelta a la superficie...

    Un abrazo

    ResponderEliminar

  3. Son los últimos momentos los mejores. Cuando el último soplo de aire te abandona y te encuentras en un colchón blando de agua templada...
    Dulce y paralizante. Demasiado bien describes mi mundo interior.
    [Un pequeño inciso, he dejado twitter. Estoy totalmente ilocalizable por ahí]

    ResponderEliminar
  4. Siempre he creído que morir ahogado es una de las peores formas de morir...

    ResponderEliminar
  5. Esta entrada ha sido una de las que más me han gustado, sin duda... me has hecho pensar mucho:)
    un besito,

    www.humanfilters.blogspot.com

    ResponderEliminar
  6. Nunca dejes de nadar. A veces aunque parezcamos inundados hay que salir a bailar bajo la lluvia, que de una, nos llueven cosas buenas.
    Un abrazo.

    http://elchicodelmetro.blogspot.com.es/

    ResponderEliminar
  7. Que difíciles son esos momentos. Cuando nadie nos da un tirón para sacarnos del fondo... no queda más que unir todas nuestras fuerzas y subir solos...

    saludos

    ResponderEliminar
  8. Sí, a a veces las fuerzas doblegan, pero siempre se tiene que tener el aliento de levantarse
    Me gustó este poema!
    Sofía

    ResponderEliminar
  9. "Me dijeron
    que estas pastillas me ayudarían,
    pero se ve que eran para aguas más dulces".

    Pfff....
    Qué decirte que no esté dicho ya. Me muero y me rematas. Pero la oscuridad se irá. Pronto llegará el invierno, y qué quieres que te diga, no seas egoísta y deja la oscuridad para los demás (de lo contrario, ¿cómo anochecerá antes?).
    Y sonríe.
    Un besito.

    ResponderEliminar
  10. A veces, pero muy pocas mis brazos se cansan, pero les pongo un alivio y vuelvo a levantarlos. Así es la vida...Seguir adelante, y levantarse siempre
    Sofía

    ResponderEliminar